La novena audiencia del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona (60) inició con la declaración de un médico especialista en terapia intensiva que aseguró que el ex futbolista “era un paciente muy arriesgado” para que realizara una internación domiciliaria por el cuadro que tenía luego de la operación en la Clínica Olivos, de Vicente López, por un hematoma subdural.
El médico Mario Schiter (62) viajó especialmente desde Madrid para declarar en el juicio ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro. El especialista en medicina crítica y terapia intensiva trabaja actualmente en el hospital madrileño Rey Juan Carlos como coordinador del servicio de urgencias.
Schiter conoció a Maradona en 1999 cuando el astro fue atenderse al Instituto Fleni por un tratamiento por la adicción de drogas. Su relación fue más estrecha cuando coordinó el traslado del “Diez” desde Punta del Este hasta Buenos Aires, luego de episodio del 4 de enero de 2000 cuando tuvo una insuficiencia cardíaca grave.
“Vino en una condición muy crítica”, remarcó, producto de una arritmia ventricular grave, llamada torcida de punta, que puede ser congénita o provocada por el consumo de drogas de abuso, como era el caso de Maradona.
El especialista estuvo a cargo del traslado del ex capitán de seleccionado argentino a Cuba. “Los cubanos tienen dignidad”, fue la frase que le dijo Maradona al elegir el destino de su tratamiento. Fue descartado Estados Unidos porque tenía prohibida su entrada y Canadá, por una mala experiencia en el tratamiento médico de uno de sus hermanos.
Con Jana Maradona (29) entre los testigos, el médico recordó que “visto a la distancia, fue muy arriesgado el traslado a Cuba de un paciente de esa clase, con insuficiencia cardiaca gravísima por cardiopatía dilatada tóxica por el consumo de sustancias, casi incompatible con la vida, de un 30%”.
El contacto con Maradona en el último tiempo
Schiter no volvió a tener contacto directo con Maradona luego de la internación en Cuba, donde estuvo presente junto al doctor Alfredo Cahe, quien era el médico personal del ex futbolista.

En noviembre de 2020 fue citado por un directivo de Swiss Medical, la prepaga de Maradona, para que brinde su opinión sobre el tratamiento a seguir luego de la operación en la Clínica Olivos. No le permitieron verlo personalmente, pero analizó su historia clínica.
“Me pareció lo mismo que el 2000, que era paciente complejo, con muchas comorbilidades y pluripatologías de difícil control, por eso sugerí una nueva etapa en el cuidado”, expresó.
Schiter recomendó en una reunión de la que participaron las hijas, las hermanas de Maradona, el neurocirujano Leopoldo Luque (uno de los siete profesionales de la salud acusados en este juicio por “homicidio simple con dolo eventual“), las autoridades de la Clínica Olivos y de Swiss Medical que el paciente “tenía que ir a un centro de rehabilitación.

“Pensaron que era a una clínica psiquiátrica o especializada, pero no, yo hablaba de un centro de rehabilitación. A la vuelta del cuarto intermedio me comunicaron que no iba a ir a un centro de rehabilitación y optaron a una internación domiciliaria”, recordó.
También sugirió el acompañamiento de un terapeuta y de un especialista en adicciones. Luego no supo más nada de Maradona hasta el día de su muerte y el posterior llamado de Claudia Villafañe (63), que le pidió que sea veedor en la autopsia.
La internación domiciliaria
El médico atendió a Maradona en el momento más crítico en la vida del ex campeón del mundo. Por sus características mencionó que “no era sencillo de manejar”, aunque destacó que era “respetuoso de los médicos”.
Luego, ante las consultas de Patricio Ferrari, fiscal general adjunto de San Isidro, el médico opinó sobre la internación de Maradona.

“Creo que el centro de rehabilitación era un lugar más protegido para él. Iba a generar mayor control. Salir de un sanatorio para llevarlo a la casa, para ese tipo de paciente era arriesgado”, especificó.
Por último, ratificó que el paciente tenía “una insuficiencia cardíaca latente” por lo visto en la autopsia y en las imágenes de Maradona acostado sobre la cama, a horas de su muerte y en la que es notoria la hinchazón en su panza.

“Cuatro litros (de líquido) en el abdomen no se hacen de un día para el otro. Todo me hace pensar que era un paciente con insuficiencia cardiaca latente que le llevó unos cuantos días acumular ese líquido. No sé cuántos, pero a modo de poner un parámetro son tres o cuatro días, según la literatura”, afirmó.
Tras la declaración de Schiter, se espera para la tarde la declaración de Verónica Ojeda, ex pareja de Maradona y madre de su último hijo, Dieguito Fernando.