La tarde del martes 23 de agosto de 2022 a las autoridades de la Unidad Penitenciaria 4 “Santiago Vázquez” de Montevideo, Uruguay, les estalló un escándalo de proporciones: Un preso acusado de homicidio se escapó de la cárcel escondido en un volquete, luego de ubicarse en el puesto estratégico de “limpieza” en el módulo 8 del penal. Se fue sin disparar un tiro, a plena luz del día y en las narices de los guardias.
Nicolas Caraballo Escobar, por entonces de 28 años, tenía prisión preventiva como coautor del crimen de una cartonera/cuidacoches. La mujer quedó en medio de un tiroteo narco en noviembre de 2021. Caraballo Escobar ya había conocido el encierro con cargos menores: tenencia de drogas, tenencia de armas, rapiña.
Tras el escape lo esperaba una historia mucho más violenta, ya no en Uruguay sino en Argentina, donde desde el lunes 21 de abril tiene pedido de captura por los homicidios de dos compatriotas, asesinados con apenas dos meses de diferencia.
Prófugo, protagonista de un caso que salió en todos los diarios uruguayos, Caraballo Escobar entró a nuestro país con un documento falso cuya identidad pertenecía a otro preso: Joaquín Andrés Amoros Sanguinetti, de 27 años. Sobre este último, obvio, no había pedido de captura vigente porque estaba preso.
Siempre relacionado con el comercio de drogas, el falso Amoros Sanguinetti, terminó en un barrio cerrado de Pilar manejando una camioneta BMW último modelo. Allí intentaron matarlo en una emboscada de la que salió vivo de milagro. Le dispararon 17 veces. Fue la noche del 25 de septiembre de 2024 justo en la entrada del barrio, donde tenía una casa, en la zona de La Alborada.
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La investigación el crimen de Fabián Sturm Jardón.
Para los policías del móvil 55521 que llegaron al lugar, y para la fiscal de Pilar Marcela Semería, la víctima siempre fue Joaquín Andrés Amoros Sanguinetti. La verdad sobre él se terminaría sabiendo de la mano de la venganza que sobrevino.
En menos de dos meses, Nicolás Caraballo Escobar (siempre con su falsa identidad) mató a los hombres que lo habían atacado, ambos uruguayos: a Marcelo González Algerini (36, alias “Pinocho”) lo interceptó el 12 de octubre de 2024 cuando paro su camioneta en un quiosco de la calle San Cayetano al 800, en el Barrio Monterrey, de Derqui (Pilar). Le pegó 10 balazos.
El segundo objetivo fue Fabian Sturm Jardón (42) quien se estaba escondiendo en un departamento de Recoleta. Pero Caraballo Escobar lo rastreo, lo esperó estacionado en la puerta de su edificio de la calle Paraguay al 2900 y allí lo mato de cinco balazos por la espalda. Fue el 13 de diciembre de 2024 con un arma con silenciador.
La investigación de este último crimen quedó a cargo del fiscal de Instrucción de Capital Federal Marcelo Roma quien reunió en la causa dos elementos de mucho valor: la declaración de un testigo del entorno intimo de Sturm y un celular secuestrado pocas horas despues del crimen.
De allí surgió por primera vez el nombre de Nicolás Caraballo Escobar, dato que terminó confirmando la Prefectura Nacional a través de agencias internacionales antinarcóticos en un trabajo coordinado con la Division Homicidios de la Policía Federal.
La semana pasada, los tres ataques quedaron unidos en una misma investigación a cargo del juez federal de Campana Adrián González Charvay, el fiscal Sebastián Bringas y la fiscal Patricia Cisnero de la Procunar. Caraballo Escobar tardo apenas unos días en quedar con captura internacional
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Crimen en Recoleta. Así mataron a un hombre de cinco balazos
A las pocas horas del crimen de González Algerini, la Policía allano su casa en el barrio semi cerrado Finca San Agustín. Allí, encontró una prensa hidráulica, una balanza electrónica, algo de droga, bowls y elementos con restos de cocaína. Se dice que Sturm llegó antes y rescató tres panes de cocaína. En ese operativo también se secuestraron 694.011 dólares, pero estos nunca llegaron al juzgado: la Policía alegó que era un error de tipeo y mandó solo 69 dólares. Por este incidente se inició una causa aparte.
En el caso declaró rápidamente la novia de González Algerini. Dijo que su pareja y Sturm Jardón eran los que habían atacado en septiembre a su compatriota (el del BMW y la identidad falsa) y que Sturm y su novio eran socios.
Como si a la historia le faltaran ingredientes, la Procunar intervino en este caso porque el muerto, es decir Marcelo González Algerini, estaba siendo buscado por la Justicia Federal de Lomas de Zamora acusado de pertenecer a la banda que en junio había sido detenida con un gran cargamento de droga: casi 800 kilos de cocaína en Caviahue, en Neuquén.
Los narcos estaban alojados desde hacía meses en un complejo de cabañas. No lo sabían, pero los investigadores les venían siguiendo el rastro. En un megaoperativo los allanaron y les encontraron 783 kilos de cocaína lista para traficar, valuada en 15 millones de dólares.
Mucho droga y dinero en juego. Muchas muertes, también.